Figura clave en la difícil transición que convirtió la república romana en un imperio estable y duradero, Augusto fue uno de los grandes nombres de la historia de Roma cuyo carácter, sin embargo, ha permanecido velado casi siempre. Este singular encubrimiento obedecía a una deliberada estrategia de poder que permitía que su personalidad pública se ajustara a las circunstancias políticas del momento. Por esta razón, la exhaustiva biografía de Pat Southern sobre el emperador ofrece un valor añadido: no solo repasa cronológicamente su vida y su obra con detalle, su imparable ascenso al poder y su largo reinado, sino que además permite descubrir al hombre que se esconde tras sus actuaciones y sus decisiones.
Hijo de hombre (1960) colocó a Augusto Roa Bastos como precursor de la modernidad literaria en el continente. Con una estructura que altera el discurso cronológico y los planos espaciales, Roa Bastos construye un relato estremecedor sobre las marcas que dejó en el pueblo paraguayo una historia trágica y a la vez grandiosa. Los personajes que recorren estas páginas viven, a la luz del legado de sus muertos y el pasado, una realidad que los va tragando lenta pero inexorablemente, signada por la pobreza, la represión desmedida, la explotación y el abandono, ecos de episodios atroces como la Guerra de la Triple Alianza, la Dictadura Perpetua o la guerra del Chaco.
Vigilia del Almirante: la historia no oficial.. ´Quiere este texto recuperar la carnadura del hombre común, oscuramente genial, que produjo sin saberlo, sin proponérselo, sin presentirlo siquiera, el mayor acontecimiento cosmográfico y cultural registrad
"Esta selección está entresacada de algunas de mis obras...; de borradores inacabados o destruidos; también de cuadernos de apuntes y de cartas con amigos lejanos... Son aforismos llevados más allá del aforismo, más allá de la metáfora." Roa Bastos.
El hombre se sentaba a darles maíz a las palomas imaginarias del cementerio. El agua brotaba de su memoria plagada de islas y de errores. No sufrió de gangrena o de diabetes como otros franceses. Reía a carcajadas cuando saltaba un sapo en su mente y lo llevaba a un acantilado o a un barco que se pierde en el Atlántico. Vivía en una isla y en otra isla y en otra isla y nunca encontraba sus huesos. La materia oscura de su piel buscaba otro cuerpo, su origen o su centro de gravedad. El hombre perdió todas sus cartas, leyó el futuro en manos ajenas y fue perdiendo en el eco de su voz. Su palabra ya no era su palabra menos el idioma. La eternidad era una fe inventada por un loco en la orfandad. El hombre tenía miedo. Escribe su nombre muchas veces para no olvidarse de lo más elemental, su origen y su descendencia. Su cuerpo parecía sufrir pero ahora no tiene miedo. AUGUSTO RODRÍGUEZ (Guayaquil, Ecuador, 1979) Periodista, editor y catedrático. Actualmente se encuentra cursando un Doctorado en Estudios Hispánicos. Lengua, literatura, historia y pensamiento en la Universidad Autónoma de Madrid. Autor de 20 libros entre poesía, cuento, novela, entrevistas y ensayos en editoriales de España, México, Rumania, Francia, Serbia, Cuba, Perú y Ecuador. Su obra literaria ha obtenido multitud de galardones tanto en Hispanoamérica como en España. Ha sido invitado a los más importantes encuentros literarios en: Madrid, Ciudad de México, Granada, La Habana, Santiago de Chile, Guadalajara, París, Caracas, New York, Berlín, Medellín, Bogotá, Lima, etcétera. Parte de su obra poética está traducida a doce idiomas: inglés, árabe, portugués, catalán, rumano, italiano, alemán, francés, chino, serbio, japonés y medumba (Camerún). Editor de El Quirófano Ediciones. Director del Festival Internacional de Poesía de Guayaquil Ileana Espinel Cedeño. En 2018 preparó, para la editorial Pre-Textos, dos antologías poéticas de autores ecuatorianos: Una pupila cortada en la oscuridad, de Hugo Mayo y Antología poética, de David Ledesma.
Deje que el Maestro de amor siembre sus bellas semillas en el suelo de su alma. En El Maestro del amor, cuarto libro de la coleccion Analisis de la Inteligencia de Cristo, Augusto Cury investiga la pasion que Jesus tenia por el ser humano. Con un abordaje poetico, aunque basado en la ciencia, en la historia y en la psicologia, el autor hace un estudio de los emocionantes mensajes que Jesus dejo antes de morir en la cruz. Jesucristo sufrio, lloro y vivio momentos de extrema ansiedad. A pesar de eso, fue perfecto en la capacidad de perdonar, respetar, comprender y tener misericordia. Sobre todo fue brillante en el arte de amar, de ser el lider de su propio mundo y de sus emociones. Nos enseno como romper las cadenas del miedo y vivir en el poder del amor.
La escena del lavatorio de los pies, narrada en Jn 13,1-20, y el pasaje de 1Cor 11,17-34, donde san Pablo hace frente a ciertos abusos de las asambleas eucarísticas, suscitan enormes controversias a causa de su difícil y oscuro griego. No es fácil, ciertamente, averiguar qué sucedía en la Iglesia de Corinto y cuál es el secreto que encierra el gesto sorprendente de Jesús al lavar los pies de los discípulos. El estudio de los problemas filológicos y literarios de ambos pasajes, objeto del presente libro, parte del presupuesto que sustenta los trabajos de esta colección: el griego que tenemos ante nuestros ojos es, en ocasiones, el resultado de una mala lectura y traducción de un original arameo que, una vez reconstruido, ilumina las dificultades lingüísticas y saca a la luz aspectos ocultos de la vida de Jesús y de la Iglesia naciente. Utilizando un símil de la arqueología, podemos decir que este libro pretende excavar, gracias a los indicios de un griego poco inteligible que aparece en la superficie, el terreno de la transmisión literaria hasta llegar a estratos más inferiores en los que la lengua aramea ha conservado, muy celosamente, el misterio que acompaña a la persona de Jesús, y al gran sacramento de su presencia viva en medio de los hombres, que es la Eucaristía. La «Cena del Señor», ciertamente, está en el centro de ambos pasajes aquí estudiados, de forma que el estudio filológico de las dificultades no sólo ayuda a comprender mejor el griego en el que nos ha llegado la revelación del Nuevo Testamento, sino que propicia una mayor inteligencia de los gestos y palabras de Cristo en la Última Cena y de las glosas de san Pablo a su querida comunidad de Corinto, que tuvo la dicha de ser la destinataria de la tradición eucarística que el Apóstol había recibido del Señor.
En el relato de la pasión de Jesús según san Juan hay escenas famosas por sus cuestiones disputadas. Los estudiosos discuten sobre los enigmas de sintaxis o sentido y, en no pocos casos, sobre la historicidad de lo narrado, puesto que contrasta con datos que conocemos por otras fuentes o está en abierta contradicción con lo que afirman los evangelios sinópticos. ¿Intervinieron los romanos en el prendimiento de Jesús? ¿Qué papel tuvo Anás en el proceso? ¿Existía una amnistía romana para un preso con ocasión de la Pascua? ¿Sentó Pilato a jesús en su propio tribunal? El mayor enigma, por lo que respecta a la cronología de la Pasión, es el del día de su muerte: ¿Fue el 14 o el 15 de Nisán? Éstas y otras extrañezas han llevado a muchos estudiosos a dudar de la verdad histórica de ciertos datos que aparecen en el relato de Juan sobre la pasión. Se achaca al evangelista privilegiar su visión teológica por encima de la historia misma de los acontecimientos. El estudio de estas escenas, a partir de las dificultades lingüísticas, muestra todo lo contrario: Juan es fiel a la historia y tiene de ella un conocimiento más preciso de lo que se supone a menudo. Resueltas las dificultades, el texto es de una extraordinaria claridad y permite, como si fuéramos llevados de la mano por un testigo ocular de los hechos, adentrarnos en la historia de la Pasión con la emoción de quien participa del testimonio fidedigno de alguien que siguió muy de carca a Jesús desde el Cenáculo a Getsemaní, y desde allí al palacio de Pilato y al de los sumos sacerdotes; de alguien que fue testigo del juicio ante el Procurador y vio cómo Jesús fue atravesado por una lanza después de morir.
El personaje principal de este libro, el vendedor de sueños, está dotado de un gran atrevimiento. Proclama a los cuatro vientos que las sociedades modernas se han convertido en un gran manicomio global, donde lo normal es estar ansioso y estresado, y lo anormal es ser saludable, tranquilo y sereno. Con una elocuencia cautivadora, estimula la mente de todos los que pasan por su vida, ya sea en las calles, en las empresas, en los centros comerciales o en las escuelas, torpedeando siempre a las personas con innumerables preguntas.