La ópera de Vigàta parte de un hecho real ocurrido en 1875 en Sicilia, la determinación del prefecto de inaugurar el teatro de su ciudad con una ópera desconocida, Il Birraio di Preston, lo que da lugar a una serie de intrigas, delitos y tumultos y su posterior investigación. Una tragicomedia de una sociedad en la que la permanencia de los modos de vida y dominación sicilianos se afirma contra los modelos importados del Norte.
Una palabra fuera de tono, un gesto descontrolado o un detalle incongruente son suficientes para poner en movimiento la máquina de su investigación, en la cual el peculiar comisario siciliano se emplea con esa mezcla de perspicacia y coraje que todos quisiéramos poseer.
Vito es un solterón que pasa los días dándole de comer a las gallinas y acostándose con la esposa del vecino. En la Sicilia profunda de los años sesenta, aparte de eso y de intentar no interponerse en el camino de algún mafioso, poco más se puede hacer. Así que tras salvarse de puro milagro d un disparo anónimo y comprobar que el marido de su amante es un hombre complaciente, Vito empieza a pensar que algún capo se ha equivocado de víctima. Además, si él nunca ha molestado a la famiglia,¿por qué le han matado trescientas gallinas y les esperan dos sicarios en la puerta de su casa?. La aparición en escena del mariscal corbo, un policía afable pero obstinado que investiga el reciente asesinato de un pastor de la zona, complica, aún más si cabe, la desesperada situación de Vito. Andrea Camilleri nos presenta en estas páginas al predecesor de su más celebrado personaje, un alter ego de Montalbano que ya deja entrever los futuros rasgos del famoso investigador.
Un acontecimiento admirable y misterioso se verificó en Vigàta el 21 de marzo de 1890, Viernes Santo, durante la representación de la Pasión de Cristo: el contable Antonio Patò, director de la sede local del "Banco de Trinacria", funcionario irreprochable, marido integrísimo y padre de dos niños, además de apreciado Judas en la antedicha representación, tal como estaba en el guión se precipitó, al término de ésta, por el escotillón preparado para abrirse, con maravillosa verosimilitud, pero ya no volvió a aparecer para luego regresar a su habitual papel de ciudadano modelo. ¿Desaparecido, volatizado? ¿Patò ha muerto o se ha escondido?.
El comisario Salvo Montalbano y su peculiar universo imaginario de Vigàta, en Sicilia, ya no son unos desconocidos en nuestro país. Un mes con Montalbano y El perro de terracota bastaron para que este singular personaje se ganara innumerables adeptos. Esta novela, perteneciente a la serie de Montalbano, refuerza aún más ante sus lectores la personalidad del escéptico, irónico y en ocasiones melancólico inspector de policía. La aparente paz siciliana se ve truncada por el asesinato de una extraña. Una joven hermosa, mujer de un médico boloñés, aparece muerta en el chalet de ambos. Pocas pertenencias la acompañaban en la escena del crimen, aparte de un misterioso violín guardado en su estuche. Su bolsa de joyas se ha esfumado y todas las miradas se centran en un pariente desequilibrado que ha desaparecido la misma noche del crimen. Montalbano, con su parsimonia habitual, inicia la investigación. No cree a nadie, no se fía de nadie. Tras la muerte de un sospechoso, sus superiores dan por cerrado el caso, pero él, ni hablar. Transitando los límites de la legalidad, como es su costumbre, Montalbano ha de relacionarse y pactar con los elementos más indeseables y abyectos del hampa, iniciando un viaje a lo más oscuro del alma humana, en el fondo, su territorio predilecto.
Los mejores relatos de viajes , con textos de Carlos Castán, José Luis Corral, Jack Kerouac, John Updike y Evelyn Waugh. El inspector debe investigar el asesinato de un comerciante jubilado cuya amante, una joven tunecina desaparecida tras el crimen, es objeto de todas las sospechas.
Salvar a los clásicos del olvido, con la ayuda de grandes escritores de hoy. Éste es el sentido de «Save the Story», una colección ideada por Alessandro Baricco, al cuidado de la Scuola Holden para futuros escritores, que el propio Baricco fundó y dirige, y publicada por el grupo LEspresso, en la que se contarán, en volúmenes de unas cien páginas, grandes historias del patrimonio literario universal.Los autores seleccionarán las escenas más emocionantes y significativas de los libros en cuestión y las interpretarán con un lenguaje contemporáneo. Todos ellos contarán con ilustraciones a cargo de diseñadores de gran talento. Un objetivo básico es acercar los clásicos a las nuevas generaciones, pero es un proyecto pensado para toda la familia: para el lector culto, para uno más perezoso, y sobre todo para que los padres lean el libro a los niños a partir de seis años. Y con la idea, quizá un poco loca, quizá sensata, de contar a los niños del Tercer Milenio, empachados de televisión, internet y videojuegos, las historias que han fascinado a nuestros bisabuelos. La historia de La Nariz explicada por Andrea Camilleri, con special thanks a Nikolái V. Gógol. Ilustrada por Maja Calija.
Vigàta, 1890. Salvador Barbabianca es uno de los principales productores de azufre gracias a las malas artes que ha empleado en su negocio, esto es: robando y estafando. Su mortal enemigo, Ciccio Lo Cascio, no le va a la zaga, y los dos se enfrascan en una pelea desquiciada por ver cómo atender el pedido de un barco ruso para cargarlo con el dichoso mineral. La espera del barco y su fatal llegada al puerto involucran al pueblo entero, capaz de confundir al final la peor de las tragedias con un acto de intercesión divina. Con Un hilo de humo Camilleri vuelve a su particular visión del mundo, socarrona y teatral, desde un remoto rincón de la Italia recién unificada, donde lo mismo se preocupan por Garibaldi que por la producción de azufre en medio de unos enredos ingenuos, eróticos y mafiosos, que parecen construir la razón de ser de estos sicilianos vehementes.
En esta última entrega de Andrea Camilleri, seis irresistibles narraciones nos devuelven el universo del comisario Montalbano en toda su riqueza y esplendor, para deleite de los lectores adictos a su particular manera de entender la vida. A plena luz del despiadado sol siciliano, con un humor no exento del realismo más implacable, surge un caudal de sentimientos irrefrenables: el odio que provoca una venganza cuyas consecuencias han de durar décadas en Mejor la oscuridad; o los resquemores que despierta en todo el cuerpo de policía de Vigàta el comportamiento aparentemente ingenuo, pero cargado de miradas salvajes, de la joven Grazia Giangrasso, en Herido de muerte. Y para arropar al comisario en su ardua tarea, no faltan los elementos de siempre: los desencuentros telefónicos con su novia Livia, las entrañables broncas con Mimì Augello, la perplejidad que siempre consigue producirle Catarella, el inefable telefonista de la comisaría. En esta ocasión, a los personajes conocidos se añaden otros nuevos, como el formal y distante comandante Verruso, antítesis de un Montalbano que descubrirá, con sorpresa y admiración, la dignidad y valentía con las que su nuevo aliado custodia un terrible secreto. Como es habitual en él, Montalbano aprovecha la resolución de los casos para exponer el contraluz de las cosas, de los acontecimientos y circunstancias que rodean los hechos, como si éstos fueran consecuencia de una condición colectiva, de otros dramas y otros padecimientos largamente sufridos, que escapan al control del individuo. Y todas esas dudas, miedos, tentaciones y contradicciones no hacen más que subrayar, si cabe, la profunda dimensión humana que ha hecho de este personaje el favorito de millones de lectores en todo el mundo.