La dilatada y fructífera experiencia como uno de los investigadores más destacados de las letras norteamericanas en nuestro país permite a Félix Martín examinar los supuestos que invitan hoy a recuperar el protagonismo de la historia literaria de los Estados Unidos en las aulas. Entraña este proyecto una revisión de los aspectos fundamentales para entender esta historia: la periodización, los géneros, el canon y la función de la teoría crítica. Con este objetivo se destacan las dos orientaciones, inseparables y complementarias, que guían su desarrollo: una crítica y otra pedagógica. Partiendo de paradigmas narrativos totalmente nuevos, Martín nos redescubre la historia literaria norteamericana desde perspectivas múltiples y específicas, y desde una serie de novedosas representaciones culturales y literarias férreamente interconectadas.
Con el título La Atenas del norte se pretende reseñar la importancia del movimiento cultural asturiano enn el período de la Restauración y de la República, recuperando un término de la época que pretendía simbolizar simbólicamente la amplia nómina de centros culturales organizados en un marco autónomo, no oficial, de convivencia societaria, que arraigó entre las clases medias y los sectores obreros. El trabajo se inicia con el estudio de los ateneos, especialmente con la larga historia del Ateneo Obrero de Gijón, para continuar con el mapa del resto de los ateneos asturianos, donde se enumeran 62 entidades y se exponen las actividades de los más importantes (Oviedo, Mieres, Langreo, Laviana y Turón). La segunda parte se dedica a las Sociedades Culturales con un análisis previo de las de Cultura e Higiene y con la relación geográfica de otras 234 asociaciones. Se dedica la parte tercera a analizar las Bibliotecas Populares (fondos catalogados, lectores y lectoras) y la distribución regional de otras 137 entidades de cultura popular. En conjunto, este trabajo reseña 443 instituciones culturales asturianas que promovieron un "cambio cultural" de gran transcendencia, no suficientemente valorado por la carencia de estudios globales sobre la mismas. Mientras que en otras comunidades industrializadas de España el hecho diferencial residía en la construcción de una identidad nacional propugnada por la burguesía autóctona, en defensa de sus intereses económicos y como respuesta ante la extensión del internacionalismo proletario, en Asturias la burguesía regional progresista lideró el proceso de culturalización de las masas, transfiriéndole su apoyo económico y su prestigio social, sin imponer sus criterios ideológicos en un marco de cierta autonomía obrera. Aunque no se registró explícitamente, funcionó en nuestra región un "pacto cultural interclasista" entre burguesía reformista y clase obrera que se quebró dramáticamente en octubre de 1934, cuando la revolución social triunfó con toda su violencia, sustituyendo el estado democrático burgués por el nuevo orden proletario. Valorar hasta qué punto influyó en ese comportamiento revolucionario la intensa actividad de los Ateneos y Sociedades Culturales asturianas obliga a realizar un pormenorizado análisis de la gestación de las mismas, de sus cuadros dirigentes, de las vías de financiación, de las prácticas culturales cotidianas y del marco ideológico en que desenvolvían sus actividades.
Un episodio muy conocido de la historia del cómic tuvo lugar cuando el Senado de Estados Unidos discutió si debían permitirse ciertos contenidos en los cómics que leían los más jóvenes. Desde entonces hemos demonizado la figura de Fredric Wertham (incluso en la portada de este libro), calificamos de ñoños los tebeos publicados bajo regímenes despóticos o estimamos que son instrumentos del Estado en función del mensaje que transmiten. Este prejuicio contra los cómics, que aún existe, procede del rechazo a la literatura popular o las tiras de prensa desde el inicio del siglo XX, generado y alimentado por educadores reaccionarios, políticos oportunistas y periodistas morbosos. Y no ocurrió solo en un país, tuvo lugar casi al mismo tiempo en otras partes del mundo, con diferentes aproximaciones dependiendo de la situación sociopolítica de cada país y del estado de su industria cultural. En este libro se nos cuenta con todo lujo de detalles esa historia: cómo germinó el odio hacia los cómics, los intereses políticos y mediáticos que guiaron la campaña orquestada contra ellos, las mentiras que se esgrimieron, las discusiones que se desataron entre los legisladores y las consecuencias para las industrias de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia y España. Fernández Sarasola ha invertido más de una década en la realización de esta investigación, ha consultado más de quince mil periódicos, artículos, cuerpos legales y otros ensayos, y ha reconstruido un fragmento de la historia de la comunicación que el tiempo había desdibujado.