´Esta obra analiza la regulación de las telecomunicaciones y de la digitalización administrativa en la denominada ´´sociedad de la información´´ donde la e-Administración avanza, día a día, entorno al imparable fenómeno de Internet. La regulación de las t
El presente libro contiene supuestos prácticos de aplicación de los procedimientos tributarios. Un primer bloque incluye supuestos básicos por temas concretos, mientras que, en un segundo bloque, se recogen supuestos más completos en cuanto a la diversidad de materias que abarcan. Este segundo bloque se compone de los enunciados y soluciones del segundo ejercicio de la oposición de Agentes de la Hacienda Pública. Estos ejercicios contienen diversos supuestos con una gran variedad casuística sobre la aplicación de la Ley General Tributaria y de sus reglamentos de desarrollo. Por lo que la finalidad es, en primer lugar, orientar a los opositores al Cuerpo de Agentes de la Hacienda Pública, así como a los opositores a otros Cuerpos cuyo temario obliga al estudio de la aplicación de los procedimientos tributarios (por ejemplo, el tercer ejercicio del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado o la primera parte del tercer ejercicio del Cuerpo Técnico de Hacienda). Y, en un segundo lugar, su lectura puede ser de utilidad a personas interesadas en adquirir o consolidar una variada casuística sobre las diferentes cuestiones que se plantean en la práctica tributaria.
Tras casi dos décadas de vigencia de la LRJPAC se hacía preciso revisar el análisis de cada uno de sus preceptos y hacerlo a la luz de las opiniones más autorizadas en la doctrina administrativa y de la jurisprudencia que alo largo de estos años han ido consolidando nuestros tribunales. Esta obra ha seguido una metodología sistemática en el comentario de cada uno de los artículos de la ley haciendo uso de los planteamientos doctrinales más relevantes y de una selección de jurisprudencia selecta que permite " predecir " razonablemente cuál ha de ser la aplicación que la Administración haya de efectuar en su práctica diaria y cuál va a ser la respuesta del juez ante cualquier proceso en causa que deba resolver aplicándola.
Raymond Roussel, nacido en 1877 y muerto en circunstancias misteriosas en 1933, es una de las figuras literarias más irresistibles de todos los tiempos. Su poesía, sus novelas y sus piezas teatrales han ejercido una influencia significativa en la obra de muchos de los escritores y artistas más conocidos del siglo XX: Jean Cocteau declaró que era «un genio en estado puro», mientras que Salvador Dalí, que murió con un ejemplar de Impresiones de África (Siruela, 1990 y 2004) en su mesilla de noche, lo consideraba uno de los mayores escritores que Francia había producido. Duchamp, Breton, Foucault o Robbe-Grillet dan testimonio del indeleble poder del singular mundo imaginativo de Roussel. Raymond Roussel y la República de los Sueños, extenso estudio de la vida y la obra de Roussel, traza la extraña evolución de los métodos de escritura de Roussel y describe las peculiaridades de una vida estructurada tan obsesivamente como su obra. El relato que el poeta inglés Mark Ford (1962) nos ofrece es al mismo tiempo cautivador, desgarrador y muy literario. ¿Acaso podrían haber inventado Proust o Nabokov un personaje tan peculiar e inolvidable como el dandy exquisito y escritor compulsivo al que este libro da vida?
En la apasionada discusión abierta entre los que persiguen el triunfo de la democracia moderna, es decir, de aquella que consiste en consagrar la personalidad humana y los derechos que de ella se derivan, procurando el advenimiento de la República, por creer que mediante ella se alcanza un más alto grado de libertad y que ella es la única expresión acabada y perfecta de la soberanía del pueblo, y los que afirman que la Monarquía representa el triunfo del derecho y su soberanía desde las alturas del Estado, que tiene el poder de sí misma, porque se engendra en no se sabe qué oscuros limbos de la historia, que es la institución más poderosa para contener las corrientes más destructoras y revolucionarias, y para fijar la evolución de las fuerzas, haciendo que no se desborden, que es la institución más una, más impersonal y colocada a mayor distancia de todas las clases y de todos los partidos, que es la más flexible y por lo mismo la más vividera y que ha acompañado siempre a la humanidad auxiliándola en sus vicisitudes, no hemos de terciar nosotros, porque no hace nuestro propósito y nos llevaría demasiado lejos. Nuestros votos estarían, sin embargo, con los que defienden la opinión primera. Miguel Moya, Conflictos entre los poderes del Estado. Estudio Político, 3.ª ed. Madrid, 1890, pág. 220.