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Resultados de la búsqueda para: en honor al
El derecho al honor es una de las cuestiones que en más ocasiones ha atraído el interés de la doctrina, particularmente de la española, pues este país, antaño enredado como ningún otro en duelos, por razones históricas y socio-culturales ha guardado una relación especial con el derecho al honor. El tiempo no pasa en balde y actualmente el honor goza de una posición destacada como derecho fundamental, reconocido en el artículo 18 de la Constitución. Y aunque esta circunstancia no sea exclusiva del ordenamiento jurídico estatal, sino que es compartida por otras normas fundamentales (como la Ley Fundamental de Bonn, cuyo artículo 5 consagra el derecho al honor personal), es cierto que en nuestro caso, además de la consagración constitucional, es también la invocación del honor con cierta naturalidad en las relaciones sociales lo que nos diferencia de otras sociedades.La investigación que abordamos en las siguientes páginas, titulada Honor, injurias y calumnias. Los delitos contra el honor en el Derecho histórico español y en el Derecho vigente, pretende adentrarse en esta ciénaga y arrojar algo de luz sobre la situación que atraviesa el bien jurídico honor en la sociedad actual de los medios de información, de los mass media, en la que las actuaciones susceptibles de constituir ataques a este derecho crecen exponencial-mente, al tiempo que se exige de los jueces y tribunales la más exquisita distinción entre estos ataques y el ejercicio de una libertad de expresión quizá exagerada, provocativa e irónica, pero libertad legítima, al fin y al cabo.
Dentro de los cuantiosos gastos que motiva el proceso penal, las costas procesales constituyen la parte susceptible de ser reintegrada a quien los ha soportado indebidamente. La resolución procesal que contiene el pronunciamiento en costas (Sentencia, Auto o Decreto, según los casos) es un título ejecutivo ilíquido, que precisa un ulterior procedimiento de liquidación para fijar definitivamente su cuantía y posibilitar su ejecución. Los trámites necesarios para practicar la tasación de costas, se recogen tanto en la LECrim como en la LEC, por remisión normativa. En la presente obra se hace especial hincapié en las particularidades de la reclamación de honorarios en el proceso penal, partiendo de la confusa regulación de las costas en este ámbito y sin olvidar que, tanto la doctrina procesalista actual como la jurisprudencia, coinciden en destacar su naturaleza procesal, cuyo fundamento no es el punitivo sino el resarcimiento de los gastos procesales indebidamente soportados.
Estos cuatro ensayos, Teoría del andar, Tratado de los excitantes modernos, Fisiología del vestir y Fisiología gastronómica, de Honoré de Balzac, estaban en un principio destinados a formar parte de un voluminoso libro, titulado Tratado de la vida elegante, que jamás escribió, pero del que quedan estos escritos, publicados entre 1830 y 1833 en revistas de la época, más algunos fragmentos dispersos. No cabe duda de que estos estudios, aparentemente fútiles y sarcásticos, pero que revelan el ojo clínico del genial observador y cronista de su tiempo que fue Balzac, sirvieron de esbozo para los personajes que configurarían más tarde La comedia humana.Balzac empieza por interrogarse ; «¿No es realmente extraordinario el que, desde que el hombre anda, nadie se haya preguntado por qué anda ?si anda?, si puede andar mejor, qué hace al andar? ?». Para Balzac, el andar es la fisonomía del cuerpo, porque todo en nosotros corresponde a una causa interna. «Es más que la palabra, es el pensamiento en acción.» Y nos plantea la cuestión : «¿Quién de nosotros piensa en el andar mientras anda ? Nadie. Más aún, hay quien se jacta de andar pensando». Asimismo, cada uno de nuestros gestos, cada prenda que llevamos, cada bocado, líquido, humo y polvo que ingerimos delata, según Balzac, no sólo nuestro origen, nuestra clase social, sino también lo que somos por dentro, nuestros hábitos más íntimos, nuestras costumbres y nuestra filosofía de la vida.En cuatro estudios, a la vez divertidos y reveladores, que tienen títulos y pretensiones claramente científicos ?pues Balzac no vacila en considerar como una ciencia la investigación que realiza?, además de hacernos pensar sobre nuestro cuerpo ?hoy más que nunca olvidado y hasta despreciado? y sus distintas posibilidades de expresión, también nos sirven de crónica social de toda una época : la subida al poder de la burguesía tras la Gran Revolución, los radicales cambios de costumbres, placeres, virtudes y vicios de los que somos hoy legítimos herederos.