Una recopilación que permite indagar en la obra de aquellos creadores que, entre los tantos inscriptos en la casi infinita aventura del tango canción, han sabido salirse de la estrecha jaula de la estructura letrística para construir un universo poético de singular belleza. Despegar entonces, si se quiere, esas creaciones de su naturaleza primera y recuperarlas en lo que tienen de esencialmente poético es el propósito de este libro. Voces clásicas como las de Celedonio Flores, Alfredo Le Pera, Enrique Cadícamo, Enrique Santos Discépolo, Homero Expósito, Cátulo Castillo, Homero Manzi, Pascual y José María Contursi, Héctor Pedro Blomberg, Francisco García Giménez, Héctor Negro, Horacio Ferrer, Eladia Blázquez -a las que se suman las de creadores como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar que también han hecho su aporte genuino a la letrística tanguera- configuran toda una variedad de registros temáticos y formales. Y están además los continuadores, poetas del tango contemporáneo, que han conseguido acercarse a la poética de los "grandes". Eugenio Mandrini -narrador, poeta, periodista, actual director de la revista ''Buenos Aires Tango y lo demás''-, compilador de este libro y autor de un excelente prólogo (que incluye una semblanza biográfico-literaria de los autores principales), propone para suplir y compensar la ausencia auditiva detectar en estas páginas "otra" música aún más enigmática que subyace en el fondo de ciertas palabras, de ciertos giros, de ciertas metáforas e imágenes.
En esta antología se ofrece por primera vez una selección representativa de la obra escrita por los poetas españoles exiliados de su país a consecuencia de la guerra civil. Son treinta y siete los poetas elegidos. Si bien algunos son nombres muy conocidos (Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y Rafael Alberti), otros muchos serán novedosos para el lector de hoy (tal es el caso, por ejemplo, de figuras tan interesantes y sin embargo tan olvidadas como Antonio Aparicio, Germán Bleiberg, Bernardo Clariana, Francisco García Lorca, Francisco Giner de los Ríos, José María Quiroga Plá y Marina Romero). Entre todos dejaron un inmenso legado poético, cuya trascendencia para la historia de la poesía española contemporánea sólo en fechas recientes ha empezado a estudiarse con toda la seriedad que merece.
Cuadernos del Laberinto ha reunido en esta Antología ENÉSIMA HOJA a un excelente conjunto de poetas, todas ellas con una voz propia y significativa que nos hace tejer una idea precisa del mapa de la poesía en castellano escrita por mujeres que viven y forma parte de este siglo XXI. 34 poetas participantes. Prólogo de Jesús Ferrero.
Este libro, que se presenta nunha coidada edición de capa dura e que inclúe un CD, é unha escolma de cancións galegas, compostas por Aurora López, con arranxos de Teresa Luján, sobre quince poemas galegos dos séculos XIX e XX, de autores como Rosalía de Castro, Eduardo Pondal, Pura Vázquez, Xosé L. Méndez Ferrín, entre outros. Públicase todo con letras, partituras e as correspondentes gravacións para voz e piano. Velaquí unha publicación especial, testemuña -tamén- do amor por Galicia e a súa literatura de galegos residentes lonxe da súa terra.
TALAT SHAHIN (EGIPTO), MOHAMAD OSMAN (SIRIA), MALAK MUSTAFA (SIRIA), MUHSIN AL-RAMLI (IRAK), ABDUL HADI SADOUN (IRAK), AHMAD YAMANI (EGIPTO), KHALID KAKI (IRAK) Hijos y herederos de esta larga travesía de varios milenios de literatura oriental, los más recientes creadores árabes llegan hasta nuestras fronteras con la firme certeza de ser depositarios de un legado milenario, abundante y fértil. Y se presentan no como los únicos, ni en solitario, sino como los más cercanos eslabones de una larga cadena que hunde sus raíces en la mejor tradición literaria de Oriente, por lo que arriban acompañados de sus poemas y de la presencia de aquellos otros que a través de generaciones han ido pasando el testigo de los primeros escritores que, junto a los ríos de Babilonia o en los grandes desiertos, creyeron intuir la voz de los dioses para hacerla entendible a los hombres. [ ] Este grupo de siete poetas árabes afrontan, no sin riesgo, y con un elevado concepto de la responsabilidad, el desafío de entregar al público español una muestra significada de la poesía árabe contemporánea: Talat Shahin (Egipto), Mohamad Osman (Siria), Malak Mustafa (Siria), Muhsin Al-Ramli (Irak), Abdul Hadi Sadoun (Irak), Ahmad Yamani (Egipto) y Khalid Kaki (Irak), ofrecen con la antología que se acompaña, no solo sus poemas sino el color del agua, tal y como lo ha descrito, magistralmente, el poeta sirio Adonis: Tu color es el color del agua, / oh cuerpo del lenguaje / allí donde el agua es / levadura, rayo o fuego. José Sarria
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936), creador del inmortal detective Padre Brown, dedicó parte de su prolífica carrera literaria al relato policial, con narraciones en las que, según Borges, no se encontraba una sola página que no contuviera una felicidad. La colección de bolsillo El Club Diógenes reúne buena parte de estos relatos policiacos en dos volúmenes: Las paradojas de Mr. Pond (CD 101) y El hombre que sabía demasiado (CD 111). El poeta y los lunáticos (1929), aunque se presenta como una novela, en realidad está concebida como una sucesión de episodios que se entrelazan, en los que un loco, el poeta y pintor Gabriel Gale, pone a prueba su increíble capacidad para captar la importancia de detalles que permanecen ocultos o apenas visibles a los ojos de los demás. Las técnicas deductivas que emplea el excéntrico Gale para resolver un crimen o anticiparse al delito sorprenderán al lector por la originalidad de sus planteamientos policiales, y también por el sentido del humor que pone en ellos la acerada pluma de Chesterton. En algunos pasajes de El poeta y los lunáticos, Chesterton hace evidentes referencias y críticas mordaces, apenas disimuladas, a políticos e intelectuales de su tiempo, contraponiendo, en una más de sus queridas paradojas, la locura clarividente y genial de Gabriel Gale a la supuesta cordura de personajes públicos, que en muchas ocasiones se confunde con la estupidez.
Ésta es la historia de un poeta que enamoró a las musas y que recorrió medio mundo en busca de un lugar tranquilo en el que poder escribir. Juan Ramón Jiménez leyó y escribió tanto que, como al caballero Don Quijote, a punto estuvo de que se le secara el cerebro. Y, montado en un burro llamado Platero, salió en busca de aventuras, que encontraría junto a colegas suyos, entre las monjas del Sanatorio del Rosario y, por fin, en el amor eterno y la risa hermosa de Zenobia Camprubí. Así, feliz junto a ella, pudo descansar tranquilo.
Jaime Sabines era de esos escritores convencidos (aunque es suya la frase: "No quiero convencer a nadie de nada") de que la poesía es emoción y de que el poeta, desde la autenticidad poética siempre tiene el deber de transmitir esas emociones. "No sirve