Hace unos años, el dominical El Semanal encargó al viajero inglés Percy Hopewell unas crónicas sobre las costumbres y la riqueza cultural de nuestro país. Desde el principio, los lectores se vieron cautivados por el desenfado y la peculiar mirada de este atípico trotamundos. Con motivo del V Centenario de Santa Teresa, la mística abulense, Percy ha vuelto a montarse en su dos caballos (al que incorporó una humeante chimenea y un claxon de sirena de barco) para seguir las huellas de la irrepetible monja, mujer vital y contestataria que se enfrentó a la Inquisición y desobedeció a la jerarquía eclesiástica porque necesitaba «hilo directo» con Dios. Rebelde y persuasiva, consiguió una voz y un mundo propios en una sociedad donde la mujer era considerada un cero a la izquierda. «Su gran legado fue el sentido del humor, la religión vivida con alegría, mensaje que logró transmitir a la Orden del Carmelo Descalzo, extendida por los cinco continentes».