Olimpia nació en Constantinopla hacia el año 360. Mujer decidida, de familia noble y con un abundante patrimonio, tras un breve matrimonio escogió el camino de la ascética y la dedicación a la Iglesia, siendo ordenada diaconisa. Fiel amiga del obispo san Juan Crisóstomo, le ayudó con sus bienes en múltiples proyectos especialmente al servicio de los pobres, y le siguió en el exilio. Murió en Nicomedia hacia el año 408.