Casi desde que nació, la vida de Genoveva Torres Morales estuvo marcada por el sufrimiento: a los trece años, cuando le fue amputada una pierna, ya había perdido a sus padres y sólo le quedaba un hermano. Sobre las muletas, que la acompañarían toda su vida, da comienzo, siempre con la confianza puesta en la Providencia, a una obra religiosa dedicada a combatir, acogiendo y acompañando, la soledad de mujeres con pocos recursos: las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos. La obra nos acerca a la vida y espiritualidad de Santa Genoveva.
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