Entre Hércules y Obélix, Sansón sigue impresionando, aun cuando, a veces, los lectores se preguntan cómo esta historia en la que el vodevil raya lo grotesco puede haber sido integrada en la "gran" historia de la salvación. Presentamos una doble lectura de este breve relato que prácticamente concluye el libro de los Jueces -los "salvadores" de Israel-. Dos lecturas muy diferentes cuyos resultados podrían cruzarse perfectamente: la primera es sincrónica (el texto es abordado en su estado final); la segunda es diacrónica (el texto es radiografiado en su densidad histórica). La primera privilegia el análisis del relato; la segunda, los métodos del historiador. Nuestros antepasados sabían narrar: "Había una vez un hombre en Sorá, del clan de los danitas, que se llamaba Manóaj...".