«Decía Miguel Delibes: ?Se puede ser universal en una pequeña aldea y un paleto en Nueva York?. Juan Carlos demuestra lo primero en este libro. Aunque se refiera a un pueblo concreto, el suyo, San Miguel de la Ribera, L?Aldea el Palo, lo que recoge y cuenta tiene una dimensión que supera con mucho los límites municipales. Claro que hay localismos y vocablos, frases y conceptos muy propios de ese lugar (y de otros cercanos), pero lo esencial es que el autor ha sabido captar lo que de permanente, de inmortal, tienen todas esas palabras, esos giros, esos dobles sentidos, esa ironía, esa capacidad para nombrar, esa imaginación para relacionar la expresión con la cosa, el oficio o la circunstancia que designa. En muchos momentos es casi un tratado de Etnografía e, incluso, de Sociología.» Luis Miguel de Dios