Un publicano, que recaudaba los impuestos de los ocupantes romanos, lo deja todo y se va con Jesús. Y la historia empieza así: 'En Roma, en la iglesia de San Luis de los Franceses, que está a mitad de camino entra la plaza Navona y el Panteón, encontramos uno de los cuadros más famosos de Caravaggio, aquel pintor que vivió entre los siglos XVI y XVII y que, a pesar de no ser un modelo de piedad -por lo menos en el sentido que acostumbramos a dar a esta palabra-, supo transmitir como pocos la intensidad de las escenas evangélicas y bíblicas.'