En el siglo IV, un gran cristiano, un gran obispo y un gran teólogo. Y la historia empieza así: 'El día 1 de enero del año 379 san Basilio moría en Cesarea de Capadocia, de donde era obispo. En el primer aniversario de su muerte, Eladio, el obispo que le sucedió en Cesarea, le dedicó un panegírico. El año siguiente, el 381, año en que tuvo lugar el concilio de Constantinopla, el mismo día de inicio de año pronunció el Elogio de Basilio su hermano, san Gregorio de Nisa. Y el año 382 el turno correspondió a su amigo íntimo desde que coincidieron en sus años de estudio en Atenas, Gregorio de Nacianzo; es el Discurso número 43.'