Una obra abrupta, sin concesiones.
Es como un regalo seguir día a día a este insumiso silencioso con aires de misántropo.
Un texto endiabladamente corrosivo. Jean-Claude Lebrun, L'Humanité
Con su tono sobrio, sarcástico y su ritmo febril, este concierto a una voz es incontestablemente un éxito. Marianne Payot, L'Express . Otto J. Steiner, austriaco, con algún ascendiente judío, está recluido en un sanatorio de Salzburgo, víctima de la tuberculosis, mientras que en el mundo exterior tienen lugar graves acontecimientos políticos. En verano de 1939, poco tiempo después del Anschluss, Steiner, melómano y hombre de gustos refinados, empieza a relatar en un diario su humillante vida de enfermo, solo y en precarias condiciones materiales, a la vez que en sus palabras se va manifestando no sólo un intenso amor por la música, sino un profundo conocimiento de ella. Se acerca el 17 de julio de 1940, día de la inauguración del Festival de Música en el Mozarteum, con la presencia de altas jerarquías nazis. Karl Böhm figura como director de la orquesta y Schneiderhan, como solista. Pero este día también es el de la venganza de Steiner, preparada con minuciosidad, solapada, sutil, contra la brutalidad y la incultura nazis. Una gratificante venganza. RAPHAËL JERUSALMY. Nacido en París, es diplomado en la Escuela Normal Superior y de la Sorbona. Al acabar los estudios, se trasladó a Israel e hizo carrera dentro de los servicios de inteligencia israelíes. Actualmente ejerce de librero en Tel-Aviv, en la especialidad de libros antiguos. Es autor de La cofradía de los cazadores de libros (Navona, 2014). Salvar a Mozart ha recibido el premio Emmanuel-Roblès.