Un buen día, una mañana cualquiera, Amadeo da los buenos días a su mujer y esta le comunica que no desea envejecer a su lado y le pide el divorcio. En medio de la confusión y el desconcierto ante una decisión que no es capaz de asimilar, comienza a recibir cartas de la tía Sili, una familiar suya que reside en México y que en realidad ni siquiera ha conocido en persona. Amadeo decide contestarle y se suceden una serie de misivas donde su tía le cuenta su vida en México y los dos comprueban que tienen mucho en común y sobre todo, que, gracias a esta correspondencia, Amadeo, intenta superar su inesperada e inexplicable experiencia. Su existencia cambiará definitivamente cuando determina cruzar el charco y conocer a esa pariente que ha conseguido que viera las cosas desde diferente perspectiva.