Este libro analiza la evolución de las guerrillas durante la Guerra Civil, que tuvo mucha importancia en el bando republicano, donde el propio presidente del Gobierno, Largo Caballero, estaba convencido de que mediante la acción constante de sabotaje de las guerrillas, del reparto de propaganda, de incursiones en campo enemigo, explosiones y asesinatos darían un vuelco a la guerra, algo que jamás se produjo. Por primera vez en la historia de España las guerrillas se integraron en el Ejército, lo que en ese momento supuso una absoluta novedad. Por otro lado, estas páginas también plantean un fenómeno hasta ahora desconocido: el sabotaje pacífico mediante el que hombres y mujeres que trabajaban en fábricas de armamento se jugaron la vida para, no solo sabotear armamento y que no matase a sus supuestos enemigos, sino para incluir mensajes de ánimo dentro de obuses, bombas o granadas.