El título de estas reflexiones es una frase muy bonita pero realidad no fácil de conseguir. Si vivir fuera solo una competencia jalonada de triunfos y derrotas, de éxitos y fracasos, envejecer sería posiblemente un triste mi-rar hacia atrás para añorar lo conseguido y recordar con nostalgia posibles equivocaciones, algunas de las cua-les ya no se pueden enmendar. Pero vivir no es eso, y envejecer no es ir hacia atrás, sino seguir sintiendo, ex-perimentando, saboreando, gozando, aprendiendo
, hasta el final, con optimismo y con esperanza.