El reto es interesante: animar a los más pequeños de la casa a conocer el medio natural de Navarra. El autor ha tenido muy presentes a estos acompañantes de paso corto y mirada interesada a la hora de preparar la lista de propuestas: no más de cinco kilómetros ni más de doscientos metros de desnivel, por lo que entre esta treintena de rutas encontraremos caminatas sencillas, asequibles y prestas a saciar la curiosidad de los niños, para lo que cada ruta cuenta con un recuadro sobre alguna curiosidad o historia ligada a la propuesta. Claro que sencillas no significa carentes de esfuerzo, no son paseos de andar por casa y tienen algunas dificultades, como pendientes más o menos prolongadas, sendas estrechas donde hay posibilidad de caídas, terrenos rocosos e incómodos, vegetación que puede entorpecer el paso... Nada importante, pero a tener en cuenta. Y ahí los padres sabremos valorar mejor que nadie hasta dónde pueden llegar. De lo que no hay duda es de que conocer el territorio navarro de su mano será toda una aventura.