Paola Laura Gorla es profesora titular en la Universidad L'Orientale de Nápoles. Ha realizado estudios sobre Cervantes, Quijote y Novelas, además de haber traducido al italiano las Novelas Ejemplares para la editorial Einaudi de Turín. ... Y las palabras cervantinas todavía guardan secretos que revelar. Son, al mismo tiempo, las palabras demiúrgicas del primer capítulo del libro -en el que el Quijote se nombra a sí mismo, nombra a su caballo y a su dama como en un Génesis para darse y darles existencia literaria- y son las palabras de Foucault, frágil y único instrumento del que el hombre dispone cuando se apresta a conocer el mundo fenoménico. En la modernidad, el hombre de ciencias, es decir, el que desea conocer, sabe bien que para asumir la realidad que le rodea, y de tal forma conocerla, es necesario pasar por las palabras, traducir los fenómenos en verbum, en un recorrido inverso al de la historia de la creación: conocer es pues regresar al Verbum, al origen. Por esto, primeramente hay que poner en tela de juicio las mismas palabras, que en la modernidad se revelan un instrumento imperfecto y lábil, deficitario a la hora de emprender la tarea de conocer científicamente al mundo fenoménico, pero que siguen siendo el único medio posible de traducción de la realidad en términos humanos.