El 29 de mayo de 1982, en París, desaparece Romy Schneider, sin duda la actriz europea más popular de su generación. Aquello que empezara como un cuento de hadas vienés en los años cincuenta, con la famosa serie de las Sissi, termina en tragedia casi treinta años más tarde, poniendo así fin a uno de los más hermosos destinos cinematográficos.