Ricardo III, definida como «comedia negra», recrea con crudeza el tema universal del poder entendido como forma de ejercer la tiranía o de la tiranía como forma de ejercer el poder. El Estado aparece en ella como una maquinaria infernal de intrigas, odios y camarillas. El sanguinario y despiadado Ricardo («ese loco que deshace la obra de Dios y que reina en la mirada de las almas dolientes») es más hábil que el resto para mover la maquinaria, pero los demás están igualmente implicados en ella. En esta ocasión, Valdemar ofrece una traducción en verso rítmico, un texto apto para la escena (o para ser leído en voz alta), dado que se ha intentado conservar el ritmo shakespeariano con el fin de preservar la cadencia dramática, esencial en la obra de Shakespeare."