Javier Viver realiza una singular compilación, edición y lectura de la iconografía del famoso hospital parisino de la Pietié-Salpêtrière, posibilitando nuevas asociaciones y planos de interpretación de un archivo fotográfico que excede de la simple exposición de casos clínicos. El uso de la fotografía propició la incorporación del espectáculo y con él de toda una trama de complicidades entre los pacientes y los fotógrafos que los retrataban, dando como resultado un archivo fotográfico sin precedentes, testigo de la época colonial, y documento sistematizado de los límites del alma humana.