Ya han pasado dos décadas desde entonces. Estoy agradecida. Escribir este testimonio de sanidad no ha sido fácil; si bien, personas delicadas de salud y profesionales de la medicina me han solicitado que escriba mi historia, he tenido que vencer mis inseguridades para hacerlo. Pero ¿quién puede huir de Dios y de sus proyectos para nosotros?