Que las empresas capitalistas del futuro tienen que respetar –si es que quieren sobrevivir– unos límites mínimos (éticos, ecológicos) y máximos (económicos) es un síntoma, una especie de cartel indicador: hay que atenerse a ciertas restricciones y hay que hacerlo siguiendo una determinada dirección. Los denominados Objetivos de Desarrollo Sostenible vienen a dibujar, con su presencia, el horizonte de una economía racional. Representan una victoria póstuma de Keynes y, de forma más lejana y profunda, de la economía política clásica, que desemboca y alcanza su culmen con Marx. La actividad económica debe responder de forma ineludible a una planificación, y debe hacerlo siguiendo estrictos criterios de equidad y de sostenibilidad. Luis Martínez de Velasco es profesor de Filosofía de Enseñanza Secundaria en el Instituto Menéndez Pelayo de Getafe (Madrid) y ha impartido cursos de doctorado en la UNED desde 1992 a 2012. Algunos de sus escritos han sido recomendados en libros, manuales y artículos especializados tanto españoles como extranjeros. Tras La casa de cristal. Hacia una subversión normativa de la economía (escrito en 1993 en colaboración con Juan Manuel Martínez Hernández) y El espejismo de la economía. Análisis de una ciencia bajo sospecha (2014; ambos en esta misma editorial), aparece ahora este libro concebido por su autor como un proyecto a corto plazo de investigación empírica. Del epílogo se ha encargado su viejo amigo y colaborador, el filósofo Juan Manuel Martínez Hernández.