La disolución del bloque socialista dejó solo frente a Occidente a un nuevo enemigo: el islam, bajo los distintos avatares del islamismo y el terrorismo islámico. Lo peculiar de este nuevo enemigo es que su hostilidad se hacía proceder no de factores económicos o incluso ideológicos, sino etno-culturales y religiosos. Con ello el establishment occidental pretende alentar un nuevo discurso que recuerda mucho al de otros tiempos lejanos en la historia, por mucho que el contexto sea diferente. Esta obra pretende mostrar un camino distinto, más acorde con la justicia y el bienestar de los pueblos y los individuos: hacer patentes frente a la hegemonía del discurso basado en la religión, las verdaderas causas de los conflictos, que no son otras que las económicas y las políticas, y así reivindicar la política como palanca que las desactive y sirva para crear una sociedad más justa y libre. Para ello es indispensable volver al republicanismo que asentó la Revolución francesa y que tenía sus principales ejes en la igualdad individual, frente a las diferencias de clase, y la social frente al comunitarismo, que se subsumían en el nuevo concepto de ciudadanía y la drástica separación entre iglesia y estado. Verdadera proclama, sólidamente argumentada, a favor de los valores de ciudadanía y libertad religiosa, Religión y conflicto en Oriente Próximo abre una línea de reflexión, basada en las mejores tradiciones del pensamiento europeo, que convierte su texto en lectura imprescindible para orientarse en los terrenos de la interesada ceremonia de la confusión de la política actual.