Adentrarse en la ruta de las relaciones internacionales y de la cooperación para el desarrollo ha resultado ser toda una aventura para los actores del Sur. Pese a que los Estados tienen claro que la cooperación forma parte de las relaciones internacionales, lo cierto es que con esta persiguen tanto objetivos de desarrollo como de política exterior. Esto, sumado a que las agendas internacionales han sido diseñadas por las grandes potencias siguiendo sus propios intereses, que la doctrina del desarrollo conduce a los países a instaurar modelos de vida desconectados de sus realidades y su historia, que existe una incoherencia entre las políticas destinadas al desarrollo y las que rigen la economía y la política internacional, etc., ha producido obstáculos tan grandes que, para los actores del Sur, ha dejado de ser aquella ruta accesible presentada por las agendas del desarrollo y sus instituciones tradicionales para convertirse en un laberinto, donde tanto salir de él como llegar al destino resulta casi imposible. De hecho, ningún país del Sur lo ha conseguido. El contenido de este libro se centra en estas cuestiones tomando en cuenta la influencia que el concepto de desarrollo aplicado en las agendas de la cooperación internacional ha tenido en las formas de vida de los pueblos del mundo, en un sistema internacional marcado por las desigualdades en todos sus ámbitos. Estudia también la cooperación Sur-Sur como eje articulador de proyectos políticos que persiguen tanto el desarrollo como un mejor posicionamiento de sus actores en el sistema internacional. Por último, destaca las particularidades de la cooperación Sur-Sur y explica cómo, tras seis décadas de experiencias, ha pasado a consolidarse como una modalidad de cooperación que permite reconfigurar el sistema internacional de cooperación para el desarrollo.