El fotógrafo alemán Reinhart Wolf (1930-1988) poseía talento especial para retratar la arquitectura. En 1979 apuntó su cámara hacia algunos de los edificios más altos del mundo y realizó varios viajes a Nueva York para captar sus rascacielos emblemáticos.Con textos de Edward Albee y Sabina Lietzmann, además de una entrevista con Andy Warhol, la reimpresión de TASCHEN de Reinhart Wolf ? New York es un homenaje nostálgico al espíritu setentero de la ciudad y un soberbio ejemplo de la mejor fotografía arquitectónica. De los detalles góticos a las líneas rectas del Estilo Internacional, la colección de las imágenes neoyorquinas de Reinhart Wolf refleja el amplio espectro de estilos arquitectónicos de la ciudad y capta la particularidad de cada edificio con el mismo cariño y asombro contagioso. La torre de Chrysler centellea con la tenue luz del alba, el Empire State brilla en un cielo gris de tormenta y el Flatiron, de planta triangular, se baña con los últimos rayos de sol de la tarde.Aunque en las últimas tres décadas el perfil urbano de la ciudad ha cambiado sustancialmente, en especial tras los sucesos de septiembre de 2001, este libro muestra que Nueva York es una maravilla eterna. Observando estas construcciones grandes, altas y orgullosas, Wolf retrata proezas de la ingeniería y maravillas de la ornamentación y, sobre todo, transmite el magnetismo de una ciudad de altura.
El fotógrafo alemán Reinhart Wolf (1930-1988) poseía talento especial para retratar la arquitectura. En 1979 apuntó su cámara hacia algunos de los edificios más altos del mundo y realizó varios viajes a Nueva York para captar sus rascacielos emblemáticos.Con textos de Edward Albee y Sabina Lietzmann, además de una entrevista con Andy Warhol, la reimpresión de TASCHEN de Reinhart Wolf ? New York es un homenaje nostálgico al espíritu setentero de la ciudad y un soberbio ejemplo de la mejor fotografía arquitectónica. De los detalles góticos a las líneas rectas del Estilo Internacional, la colección de las imágenes neoyorquinas de Reinhart Wolf refleja el amplio espectro de estilos arquitectónicos de la ciudad y capta la particularidad de cada edificio con el mismo cariño y asombro contagioso. La torre de Chrysler centellea con la tenue luz del alba, el Empire State brilla en un cielo gris de tormenta y el Flatiron, de planta triangular, se baña con los últimos rayos de sol de la tarde.Aunque en las últimas tres décadas el perfil urbano de la ciudad ha cambiado sustancialmente, en especial tras los sucesos de septiembre de 2001, este libro muestra que Nueva York es una maravilla eterna. Observando estas construcciones grandes, altas y orgullosas, Wolf retrata proezas de la ingeniería y maravillas de la ornamentación y, sobre todo, transmite el magnetismo de una ciudad de altura.