Eribon nos invita a acompañarlo en su genealogía de una ruptura. De eso trató toda su adolescencia: arrancarse del mundo social, familiar, popular y de provincia de cuyos valores y sensibilidades nunca compartió. Un mundo caracterizado por la pobreza, la homofobia y la xenofobia, del que decidió escapar yéndose a vivir su homosexualidad a Paris.