La magnitud de la apuesta implica la posibilidad de que África tenga la oportunidad de reducir unas diferencias que se han fraguado durante siglos de relaciones desiguales. La otra opción es que se perpetúe el desequilibrio y se intensifique el sometimiento. Ante ese reto, los africanos han vuelto a poner de manifiesto algunas de las principales características de sus sociedades: el dinamismo, la capacidad de adaptación y la creatividad para buscar soluciones.