Desde hace siglos, somos esclavos de nuestras propias emociones. Hemos querido avanzar de un modo racional demasiado tiempo, y nos hemos olvidado de nuestra evolución emocional, fundamental para nuestra existencia. Hoy necesitamos dar ese paso adelante con más urgencia que nunca. Este pequeño gran libro nos recuerda que el verdadero progreso consiste en encontrar nuevas maneras de pensar y de sentir si queremos ser libres y felices.