El comienzo de la amistad entre Martina y Vladi fue un caleidoscopio de emociones. Y sin embargo, ahora ella espera con ansiedad las cartas de su amigo, que ha vuelto a vivir en su Rusia natal. Se hicieron amigos el curso más complicado para Martina, el año en que sus padres se fueron a trabajar a China y apareció la abuela Lola para cuidarla. Fue su abuela precisamente la que le habló del poder de las cartas