La pedagogía a la que se ha convenido en llamar de la escucha, la que hace evidente, por un lado, al niño real, competente, capaz, complejo, diverso y único, con un imprevisible potencial, y, por otro, una acción educativa, una manera de hacer de maestro cargada de deseo y de voluntad de descubrir, de maravillarse, de dialogar, y llena de inteligencia, de conocimiento, de sensibilidad, de alegría y de frescura, todo esto es lo que, página tras página, nos aporta el libro que tienes en las manos. Llega de la bella Italia en la voz de una maestra, con la voz de la reflexión, con la voz de la sencillez de quien día tras día está con las niñas y los niños, un conjunto de cualidades que hacen que su lectura sea apasionante. Penny Ritscher nos acerca a una versión actual del pensamiento pedagógico que ha atravesado el siglo XX. Concibe la escuela como un verdadero laboratorio de pedagogía, un espacio de aprendizaje tanto para los niños como para los adultos, un lugar donde el descubrimiento personal y colectivo generan una cultura que transforma la visión del niño y la educación.