Peñalta, 1768. La llegada de Adsum espolea las delaciones y las intrigas en la villa, sacando a la luz rencillas y sospechas que envenenan la convivencia vecinal. Todos se hallan en el punto de mira de todos en esa sociedad orwelliana. La novela intenta reflejar la manipulación y acoso que, por parte de los distintos poderes, sufre la población del mil setecientos y las dificultades que encuentran quienes no se someten a las férreas normas que rigen la vida social. Contra el oscurantismo y atraso secular comienzan a alzarse voces que claman para que las luces y la razón, lleguen a todas las poblaciones del reino; también a Peñalta. Pero son voces aún lejanas y débiles. Profunda reflexión sobre la asfixia moral que producen las sociedades cerradas en las que impera un régimen totalitario de carácter religioso o político, y donde todos están en el punto de mira.