La sola palabra “pudor” suele provocar a día de hoy, bien una reacción brusca, agresiva, o una mirada irónica hacia quien la pronuncia viéndole como un pobre ingenuo o un malintencionado aguafiestas. Por lo que su simple mención se suele rechazar de plano, o al menos eludir.Unos lo defienden como reacción lógica frente a tanta relajación sexual, otros, como un freno al amor y libre expresión de la propia sexualidad. Pero solo una reflexión serena y profunda sobre “el pudor” nos conducirá a una plena comprensión de lo que es y supone el auténtico “amor humano”.El autor nos proporciona en estas páginas respuestas y recursos plenamente actuales para resolver con criterio acertado muchas de las cuestiones que nos plantee este tema.