Los seres humanos se distinguen de los otros animales por el hecho de que hablan un lenguaje que tiene una estructura proposicional, una idea de Aristóteles que el autor identifica como el eje fundamental para este libro, que reúne los ensayos más importantes que Ernst Tugendhat ha escrito en los años 1992-2000. Los trabajos de la primera parte plantean cuestiones ético-políticas en conexión con los derechos humanos. Temas principales son las concepciones particularistas y universalistas de la ciudadanía, las diferentes ideas de nación o etnia como referentes plausibles de la identidad, la polémica sobre la eutanasia y los peligros de argumentos anti-igualitaristas tal como se presentan en Nietzsche y Hitler. Una moral es un sistema de exigencias recíprocas, así define el autor el punto decisivo de los ensayos de este libro que abordan los problemas de la moral para el autor, la parte central de este libro. Estos textos exploran las posibilidades de una justificación universalmente aceptable de las normas éticas. El análisis de las raíces de la ética según las teorías de la evolución tiende un puente entre la ética y la antropología filosófica, con lo que se abre una nueva perspectiva de investigación. Dentro de esta línea se sitúan los cuatro ensayos siguientes, dedicados a la confrontación filosófica con la muerte, a la idea de trascendencia inmanente en Nietzsche y a las raíces antropológicas de la religión y la mística, que se dilucidan en el pensamiento occidental y oriental. En los trabajos sobre Heidegger, Tugendhat retoma uno de los temas principales de sus comienzos, mostrando en un examen intenso pero de sereno distanciamiento las insuficiencias más significativas en los planteamientos del célebre autor de Ser y tiempo.