Ahora acudes a mí diciendo: «Don Corleone: quiero que haga justicia». Un simple, pero complejísimo, episodio de gansterismo en la película El Padrino sirve para iniciar la reflexión de este libro sobre la creación y evolución de los sistemas jurídicos en los primeros tramos de su desarrollo. No siempre existieron los Estados ni hubo administraciones de justicia con jueces y funcionarios de policía. Durante muchos milenios los seres humanos vivieron organizados en grupos muy alejados de los patrones de conducta que ahora asociamos casi automáticamente al mundo de la política y del Derecho. Y, sin embargo, el Derecho, la norma jurídica, estuvo presente desde el comienzo de la aventura humana sobre la tierra. Al menos ésa constituye una de la tesis que defendemos en este libro. El Derecho forma parte de la cultura del ser humano desde los orígenes. A diferencia de otras manifestaciones simbólicas de la vida del homo sapiens, como el arte o la tecnología, el mundo jurídico de la Prehistoria carece de una visibilidad directa. Pero su presencia y rasgos principales pueden ser reconstruidos, con ayuda del método comparativo que ofrece la antropología social y jurídica, en instituciones y prácticas sociales como la familia, el clan, la caza, los ritos, sacrificios, ofrendas, juramentos, etc. En esta obra se plantea también una original reflexión sobre la universalidad del Derecho y los profundos lazos que lo unen con el lenguaje. Por lo demás, el estudio del Derecho primitivo permite identificar algo muy parecido a la genética de todos los sistemas jurídicos y políticos que evolucionaron desde el Paleolítico hasta la actualidad. Indagar acerca de la Prehistoria del Derecho implica proponer una investigación sobre las categorías universales de lo jurídico. Lo haremos desde la complementariedad que aportan el método histórico-jurídico y antropológico. Es habitual encontrar en los libros de Derecho ya sea en los de historia del Derecho o en los de teoría jurídica menciones o explicaciones «más o menos creativas» respecto a lo que ocurría en los orígenes de los sistemas jurídicos. Frente a esa especie de historia-ficción, que aun pudiendo ser sugestiva suele partir de posiciones adoptadas de antemano, este libro propone una síntesis que nos parece en cierta medida original entre la historia del Derecho en este caso más bien prehistoria y los resultados de la antropología social en su especialidad jurídica.