«No puede decirse que entre nuestros contemporáneos goce Goethe de un especial favor, sobre todo si se lo compara con otros coetáneos y compatriotas como Hölderlin y Hegel. Pocos son los escritores, ensayistas o estudiosos que se interesen verdaderamente por este misterioso personaje y por su obra imponente. Me refiero a un interés verdadero y vivo, pues nunca faltan los comentadores, los exégetas o los hagiógrafos que nutren su penuria de ideas en el saqueo de algún monstruo sagrado. [...] Triste destino de quien quiso ser clásico, de quien de hecho fue el último de los clásicos.» Eugenio Trías