Cuando un niño aprende a preguntar "Por qué" ya nunca abandonará esas palabras. Porque las preguntas son pinzas para sujetar objetos desconocidos, llaves para abrir puertas secretas y lupas que nos permiten ver lo que está oculto. Al fin y al cabo, como todos sabemos, "Por qué" no es más que la abreviatura de "Ábrete, Sésamo". Pero cuando pronunciamos esas palabras, nunca sabemos lo que vamos a encontrar. "Las preguntas nos recuerdan que no lo sabemos todo, que una parte de nosotros siempre será un misterio. Sin las preguntas no sabríamos esto. Y seríamos idiotas. Porque un idiota no es el que no sabe nada. Sino el que se cree que lo sabe todo." El libro está en la línea de los textos literarios de Gianni Rodari y de la corriente de la literatura infantil del absurdo (Lewis Carroll o Gómez de la Serna). Se trata de un juego literario en el que a partir de una pregunta realizada en un registro de lenguaje objetivo la respuesta se presenta en un lenguaje en el que se mezcla la poesía, el humor y el sinsentido. El libro permite una lectura fragmentada de manera que no se lea de una vez sino que, como un libro de poemas, se pueda acudir a él para leer una pregunta y su respuesta de manera incluso, desordenada. Esto lo hace muy adecuado para las edades a las que se dirige el premio. Las ilustraciones de Zabala experimentan con diversas técnicas (estampado, tintas, acuarelas, collage) y materiales de manera que ofrece a los lectores otras visiones de la ilustración que enriquecen sus experiencias artísticas. A veces estas ilustraciones amplían, contradicen o aportan nuevas lecturas al texto de la escritora. Este libro ofrece a los lectores otras vías de exploración literaria (que la meramente narrativa) y permitirá a los mediadores un diálogo desde la creatividad, de manera que se pueda jugar a que los niños anticipen sus respuestas a la pregunta formulada para inventar.