Cuando nos gusta una fotografía suceden muchas cosas entre bastidores. Quizás algo engañe al cerebro para que crea que una imagen estática está llena de movimiento. ¿Pero cómo? O quizá nos sintamos atraídos por sujetos de alto contraste. Pero ¿por qué son tan maravillosos los negros realmente negros y los blancos realmente blancos? Y si la composición trastoca nuestras expectativas, ¿de dónde provenían en un principio esas expectativas? Para responder a estas preguntas y otras muchas, el premiado cineasta Brian Dilg combina los principios fundamentales de la fotografía, como la exposición, el enfoque y la composición, con los últimos descubrimientos en psicología, neurociencia cognitiva y biología evolutiva en una apasionante exploración sobre cómo funciona una fotografía, cómo la percibe el cerebro y por qué nos gusta el resultado. Existe un enorme abismo entre lo que vemos y lo que creemos ver. Nuestra evolución está orientada hacia la supervivencia. Y esta depende de la eficiencia, que implica la capacidad de procesar todo lo que sucede a una velocidad increíble. Todas las experiencias se añaden a un vasto catálogo de comportamiento y consecuencias. Nuestra mente está constantemente actualizando el modelo mental del mundo. Solo podemos concentrarnos en una estrecha banda de experiencias a la vez. Tendemos a crear grandes diferencias cuando comparamos la experiencia con las expectativas. De modo que mirar es también pasar por alto -en particular cuando se trata de aquello que creemos que ya sabemos-. Hay demasiado que ver para poderlo ver todo de verdad. Este compendio incluye el trabajo de más de cincuenta fotógrafos reconocidos mundialmente, desde maestros del siglo xx hasta pioneros contemporáneos, entre otros Martin Parr, Dorothea Lange, Isadora Kosofsky o Stuart Franklin.