Hace ya un tiempo un número de The Economist se preguntaba por qué los norteamericanos no han conseguido nunca aficionarse al fútbol europeo. En la misma página, se preguntaba además algo bastante menos trascendente: ¿por qué el socialismo no ha conseguido triunfar en Estados Unidos?. Todo parecía destinar a Estados Unidos a ser la auténtica patria del socialismo: industrialización precoz, ausencia de jerarquías, culto a la igualdad etc...; y sin embargo, jamás el socialismo ha salido allí de círculos muy estrechos. Se han dado muchas razones para explicar este hecho. La explicación más evidente la dió el sociólogo alemán Werner Sombart cuando dijo que no hay utopía socialista que aguante el régimen de filetes de vaca y pasteles de manzana de la dieta norteamericana. Quizás no sea tan pretencioso decir que, junto con la Democracia en América de Tocqueville o el más reciente Hábitos del corazón de Bellah, esta obra de Sombart es una de las aproximaciones más interesantes a la sociedad americana.