El nombre de la Comunidad de Cantabria ha estado desde muy pronto ligada a la historia de la aeronáutica, que llegó por primera vez de la mano del piloto francés Eugène Poitevin que se elevó por los aires en su globo Aguila Audaz, sin olvidar que el ingeniero Leonardo Torres Quevedo, uno de los propulsores del dirigible, fue también montañés. La entrada en funcionamiento del Aeropuerto de Parayas en 1953 fue por tanto la culminación de un objetivo perseguido durante largos años por muchos impulsores del transporte aéreo en Cantabria. Toda una historia, plagada de acontecimientos, avatares y anécdotas, es recogida por Luis Utrilla, historiador aeronáutico de amplia experiencia, en un libro repleto de imágenes que, sin duda, colmará las expectativas de todos los amantes de este fascinante mundo de la aviación y los aeropuertos.