«Sufrimos en estos momentos un fuerte ataque de pesimismo económico. Oímos con frecuencia que la época de enorme progreso [...] ha llegado a su fin [...]. La depresión mundial reinante, la enorme anomalía del desempleo en un mundo lleno de necesidades y los desastrosos errores que hemos cometido nos impiden ver lo que ocurre bajo la superficie e interpretar correctamente las tendencias que nos muestran los hechos. [...] ¿Cuáles son las posibilidades económicas de nuestros nietos?»