En este libro se estudia la interdependencia sectorial de la economía de Galicia, a través de la Tablas input-output de 1990, y de cómo la Política Regional seguida en la década de los años ochenta y noventa ha podido afectar positiva o negativamente a la misma. El análisis empírico de la autora, basado en los desarrollos teóricos más recientes, tanto del manejo de las tablas, como de los análisis de los efectos de aglomeración en los llamados "clusters" sectoriales, como en la formación de cadenas o "filieres", o de sus ventajas comparativas reveladas, consigue contrastar algunas características de la estructura productiva gallega que ya se intuían de forma superficial y añadir otras nuevas que no se percibían. De las 66 ramas que componen tablas de 1990, sólo hay 15 que pueden considerarse como claves en el tejido productivo sectorial de Galicia. Estructura muy parecida a las de las tablas de 1980, lo que indica que ha experimentado muy pocos cambios sectoriales en esas dos décadas. Las únicas ramas que han surgido como importantes son las de transformados metálicos,las industria cárnicas, conservas de pescado, confección, madera y servicios a empresas.