En la obra de Aníbal Núñez, el lugar de la poesía es entendido como el espacio de lo abierto, de lo roto, un espacio al azar de los encuentros inesperados. Casa sin terminar, así se titula uno de los libros más conocidos del poeta salmantino. La poesía es un lugar lleno de salientes y aristas, hija de lo múltiple, como Pandora. «De la mutilación de las estatuas / a veces surge la belleza, de los / capiteles truncados cuyo acanto / cayera en la maleza entre el acanto». [
] Aníbal Núñez desconfía del lenguaje, de todos los ídolos con los que se trata de fijar la belleza, y solo busca esa verdad que vive ignorada en el mundo, lejos de palabras y credos. «Nada / hay para mí más bello que el ver que estás alegre / y viva». Su lugar son las ruinas, los corrales deshabitados, las fotografías de las viñas perdidas, las leyendas sobre los poblados antiguos. Gustavo Martín Garzo Se recoge en este volumen un total de doce libros, lo que constituye el legado lírico dispuesto y pensado por Aníbal Núñez para su publicación exenta, aunque desgraciadamente el poeta sólo pudo ver publicados en vida algunos de ellos. Se añaden otros tres conjuntos textuales cuya denominación de libro sería quizá discutible, ya que por sus formatos bien pudieran considerarse poema largo. Por último, se incorpora una amplia selección de poemas sueltos ordenada cronológicamente. [
] Aquellos lectores que tengan la fortuna de leer por vez primera a Aníbal Núñez San Francisco (1944-1987) quizá sean deslumbrados por la cegadora luz de su poesía y, desde entonces, además queden heridos por el fulgor de su verbo, conmocionados ante una voz singular poco dada a las complacencias estéticas. Vicente Vives