Desde muy pronto, Hölderlin se supo llamado para la poesía; sus primeros versos los escribe en 1784, apenas cumplidos los catorce años. Desde muy pronto también quiso dedicarse profesionalmente a ella. No fue posible. De ahí arranca su tragedia. Estos poemas aquí reunidos, por primera vez traducidos al castellano, los escribió un joven estudiante entre los catorce y los diecinueve años, que se abría al mundo y a sí mismo, con más vocación que oficio, pero en ellos ya apuntan algunos de los temas y las formas poéticas con que resonará su personal voz dentro del que quizá sea el período más rico de la literatura germánica moderna, el que abarca desde los fundadores del clasicismo hasta la primera generación romántica. Poesía juvenil, de aprendizaje, que se va abriendo camino y robusteciendo en paralelo con el crecimiento y el desarrollo de su autor, aunque fuertemente ligada a sus años de aprendizaje y a los influjos y las enseñanzas recibidas, nos desvela también mucho acerca de las preocupaciones que, en constante evolución y enriquecimiento, no dejarán de aparecer en su obra en los años de su florecimiento y esplendor.