El presente texto se desgaja de una reflexión más amplia sobre dos temas que afectan de forma intensa a la formación de nuestra sensibilidad actual: la reflexión sobre la crueldad y la violencia, y el análisis de lo cómico y lo grotesco. Si la primera responde a la crueldad y violencia que son propias de nuestros días, el segundo está suscitado por la presunción de un mundo cerrado que no tiene otra expectativa que no sea la lucidez, pero que se resiste a no tener otra.