Cat Warren es en la actualidad una profesora universitaria y antaño exitosa periodista multipremiada, con una afición ciertamente rara: ella y su pastor alemán se han pasado los últimos siete años buscando personas muertas. Solo es un perro detector de cadáveres. Lo que comenzó como un simple modo de canalizar la incontrolable energía y entusiasmo de Solo muy pronto se convirtió en una llamada que la introdujo en el poco conocido y fascinante universo de los perros de trabajo, sus guías y adiestradores. El adiestramiento y la búsqueda con Solo fue el punto de partida de la odisea de Warren para introducirse en el mundo de los perros de trabajo: los perros detectores de cadáveres, unidades caninas de detección de drogas y de explosivos, perros de rastro incluso perros capaces de localizar las tumbas, no marcadas, de los soldados de la Guerra Civil norteamericana y ayudar a encontrar a víctimas ahogadas a más de 60 metros de profundidad. Las habilidades de trabajo pueden parecer mágicas o misteriosas, pero Warren nos muestra las múltiples facetas científicas, el riguroso adiestramiento, y el manejo diestro que son las bases de las sorprendentes habilidades de los perros que trabajan con su olfato. Warren se ha entrevistado con psicólogos cognitivos, historiadores, personal médico, epidemiólogos, antropólogos forenses así como con criadores, adiestradores y guías que trabajan con y dependen a diario de sus increíbles y adaptables animales. En todo este proceso, Warren nos describe una historia tras otra que nos mostrándonos las increíbles capacidades así como también los límites reales del trabajo de los perros y sus acompañantes humanos. Con una mirada perspicaz y sin sentimentalismos, nos explica por qué nuestra colaboración con los perros de trabajo está entrelazada en el tejido de nuestra sociedad, y por qué seguimos encontrando nuevas aplicaciones en las que utilizar el maravilloso olfato de los perros de trabajo.