En Kitarô Nishida tenemos representada emblemáticamente la filosofía japonesa de la primera mitad del siglo XX. Nishida vive y piensa en la encrucijada: entre Oriente y Occidente, entre filosofía y religión, entre budismo y cristianismo, entre zen y amidismo. El primero de los tres ensayos que componen este libro sintetiza su concepción de la experiencia estética. El segundo refleja su esfuerzo por buscar un nuevo modo de pensar, una lógica distinta de la habitual. El tercero resume su filosofía de la religión, tal como la concibe en el último año de su vida, cuando trata de conjugar la lógica del «Lugar de la Nada» y la «Cosmovisión religiosa». La idea central que sirve de hilo conductor a estos escritos es la invitación a salir de la estrechez del propio ego y abrirse a la amplitud y profundidad sugeridas por conceptos orientales tan ricos de contenido como son la Nada y el Vacío. No se trata, ni mucho menos, de nihilismos; todo lo contrario: Nada y Vacío son las nociones más cercanas a las manejadas por el pensamiento occidental cuando habla de Ser, Realidad y Absoluto.