¿Hay ideas mejores que otras? ¿De verdad la tolerancia prohíbe criticar los puntos de vista con los que no estamos de acuerdo? ¿Basta afirmar que «yo lo veo así» para dar por zanjado un debate? ¿Discrepar nos convierte en villanos? Pensar de forma crítica es algo más profundo que aprender una serie de destrezas y habilidades. Tiene que ver con la identidad: igual que hay una manera singular de querer, de educar, de hablar o de escribir, hay una manera de pensar que nos sitúa ante el mundo de un modo único. Pero la independencia de criterio no es suficiente para tener un estilo de pensamiento valioso. Es preciso, además, educar el intelecto para que se acostumbre a pensar bien. La actitud reflexiva se convierte así en un antídoto contra el pensamiento único, a la vez que abre la mente a la realidad y a las aportaciones de los demás. Frente a la tiranía de lo políticamente correcto, Juan Meseguer reivindica una forma de pensar que supere los tópicos vigentes y se tome en serio la búsqueda de la verdad. Un libro urgente y necesario en estos tiempos de conformismo intelectual.