Pedrín es un niño pobre, muy pobre, sin madre y con un padre tuerto, preocupado cada día de conseguir trabajo para poder comer. Sin embargo, frente al mar, Pedrín olvida todas las miserias que le rodean. Un día encuentra una garza malherida. La lleva a su casa, la cura y la cuida. Se convierte en su único juguete y compañero. La garza crece, y no conoce otro cosa que el entorno del pequeño, hasta que un día vuela más alto y ve lo que podría disfrutar en libertad. La técnica empleada para ilustrar Pedrín y la garza es un procedimiento de alquimia digital que combina técnicas artísticas tradicionales mediante el collage, las mezclas y transparencias, el filtrado de imágenes y otros recursos informáticos que producen resultados altamente experimentales.